Baños de Agua Santa, principal destino turÃstico del Ecuador, emerge con fuerza inquebrantable tras la tragedia en la turÃstica parroquia de RÃo Verde -a 20 minutos de la ciudad- y se alza como un faro de esperanza y solidaridad.
La comunidad, unida en su resiliencia, con el aporte de la empresa privada, el apoyo del Gobierno Nacional y el liderazgo de nuestro alcalde, una vez habilitadas las vÃas, deben luchar para superar un nuevo desafÃo: recuperar el turismo para los servicios y atracciones de la parte urbana y de todas las parroquias, incluida RÃo Verde, sede de un atractivo mundial: el famoso Pailón del Diablo, alrededor del cual, crecieron docenas de emprendimientos familiares, hoy vacÃos.
Estamos al borde de otra tragedia: más de 1500 hospedajes, 2000 locales comerciales, unos 500 restaurantes y comedores que ofrecen una variada gastronomÃa mundial, 300 turoperadores que organizan deportes de aventura, tours a la selva y a la nieve; 50 atracciones masivas; 2 parques temáticos y miles de agricultores que abastecen de alimentos a los turistas que nos visitan; no tienen liquidez debido a dos meses de un turismo anormalmente bajo.
El acceso a la ciudad desde Ambato se habilitó desde el lunes anterior y desde el jueves hay paso intermitente a Puyo y a la AmazonÃa central, que ha sufrido de escasez de combustibles, y alimentos provenientes de la Costa.
Si los turistas no regresan, las quiebras de negocios que pagan alquileres o trabajan con productos perecibles, serán las primeras y el espectro del desempleo se abatirá sobre nosotros. Además, ni los acreedores ni los bancos esperan.
A diferencia de hace dos años, cuando el alcalde salió a quejarse de la mala suerte; el actual Burgomaestre lideró las labores de rescate, consiguió maquinaria de otros cantones y provincias; gestionó la llegada de ministros, funcionarios y helicópteros. Se sintió la valiente e inmediata solidaridad de los Bomberos de Riobamba, Latacunga y Quito. Militares y PolicÃas de otras plazas intervienen en peligrosos rescates y dan seguridad. DifÃcilmente se puede ver en una ciudad de Ecuador, tanta gente apoyando y arriesgando sus vidas por salvar la de otros. Debe ser nuestro karma: hace unas semanas uno de nuestros GuÃas sacrificó su vida por salvar a una turista extranjera.
La tragedia para las personas que lo perdieron todo, continua. Estos deslizamientos son recurrentes en la zona que habitan, por lo que se requiere un reasentamiento que los libere del pánico de vivir -o morir- otro invierno.
Baños de Agua Santa se levanta como un sÃmbolo de esperanza, solidaridad y una resiliencia que inspira al mundo. AquÃ, la humanidad florece en cada acto de ayuda, en cada vida salvada, en cada mano extendida.