¿Qué opinan los niños y adolescentes de sus vidas y del entorno en que viven?, ¿Qué cosas son importantes para ellos?, ¿Qué influye en su bienestar? Estas son preguntas que merecen respuestas basadas en sus experiencias, no solo en las percepciones de los adultos.
El bienestar infantil deberÃa ser una prioridad para gobiernos de paÃses en desarrollo como Ecuador, donde seis de cada diez hogares incluyen a niños, niñas o adolescentes. Seis de 18 millones de habitantes son menores de edad.
Trabajar en el bienestar fÃsico y mental de este grupo poblacional es esencial para prevenir problemas más complejos en la vida adulta.
Sin embargo, esto requiere una revisión integral de nuestra actitud hacia la infancia, asà como de las polÃticas y programas diseñados para beneficiarles. Esto implica invertir de manera agresiva en programas de reducción de la pobreza y protección social.
Según UNICEF, Ecuador ha retrocedido diez años en la lucha contra la pobreza infantil. El 30% de niños y adolescentes se concentra en el quintil más pobre.
La situación se torna aún más preocupante al considerar la pobreza multidimensional.
Es imperativo implementar una estrategia nacional efectiva e integral para prevenir y atender la violencia, especialmente la violencia sexual. Esto ha silenciado a muchos niños y adolescentes por miedo y vergüenza.
Entre 2014 y 2022 se denunciaron 14 541 casos de violencia sexual, siendo alarmante que el 69% ocurrió en sus propios hogares y otros espacios.
La reducción de las desigualdades en el acceso a la educación, salud y servicios básicos de calidad sigue siendo una deuda pendiente con efectos devastadores.
En la AmazonÃa, siete de cada diez niños viven en condiciones de desnutrición crónica debido al consumo de agua no segura y la mala alimentación.
Solo 40% de menores de cinco años tiene acceso a programas de educación inicial. Los niveles educativos muestran calificaciones deficientes en matemáticas, lengua y literatura.
En conclusión, Ecuador enfrenta enormes desafÃos en cuanto al bienestar infantil. Es clave que gobiernos, organizaciones y la sociedad en su conjunto se comprometan a mejorar las condiciones de vida de los niños y adolescentes. En regiones como la AmazonÃa no se está garantizando su derecho a vivir en un entorno seguro, saludable y educativo.