Con una fe ciega a pesar del resultado previo y contrario a la falta de apoyo que había mencionado el volante Carlos Gruezo, los hinchas de la Selección de Ecuador se congregaron en el país para apoyar al equipo. En el norte de la Quito, en la zona de La Pradera, la Tri tuvo una multitudinaria acogida y desde los primeros minutos hizo poner de pie a los presentes.
Ni el aguacero de la previa frenó la llegada del público a los distintos establecimientos del sector. A media hora de que inicie el compromiso, que fue a las 17:00, los hinchas tomaban sus puestos y, vestidos de amarillo y azul, discutían sobre el duelo, frotaban sus manos y realizaban los rituales habituales del futbolero.
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La opinión era generalizada, la Tri tiene fútbol y se podía recuperar de la derrota ante Venezuela. Aunque el desempeño de Félix Sánchez Bas no era el preferido, la esperanza residía en la calidad de los jugadores.
“Hay fe. Tiene que ganarle a Jamaica. Mínimo 2-0. Hay que clasificar. Al técnico, pocos ecuatorianos le tenemos fe, pero espero que haga un buen partido“, manifestó Christopher Vélez, quien se había dado cita para el encuentro. Asimismo, Óscar Cevallos señaló que el hincha siempre espera la victoria y un buen desempeño, sin embargo, hay que confiar en lo que se tiene y en lo que realiza Sánchez Bas; pero si no da resultado, se debería pensar en un cambio
A partir de los cinco minutos, con una llegada de Kendry Páez, el ambiente empezó a encenderse. El ecuatoriano se perdió un mano a mano contra el arquero, pero aquello solo era un preludio de lo que vendría.
Un “Sí se puede” que llegó hasta Las Vegas
No pasaron muchos minutos para que el ‘Sí se puede‘ invada a los hinchas y se vuelva un solo grito. La barra tradicional arrancó con un córner de William Pacho y se volvería a repetir, pero en la siguiente oportunidad, por un gol.
120 segundos después del córner de Pacho las pintas volaron y el éxtasis efervescente detuvo el tiempo. Piero Hincapié había marcado un gol desde casi la esquina de la cancha contraria. Aquello que parecía un centro puso en pausa a los ecuatorianos que, descolocados de un momento a otro, vieron como la pelota ingresa con una parábola horizontal por el borde del palo. El que estaba en su celular ante el contexto de la jugada se lo perdió.
Fue un minuto de permanente desfogue. No solo fue el gol, la Tri estaba jugando bien. El ‘Sí se puede’ volvió y la incertidumbre y parciales silencios se transformaron en un rocambolesco vaivén de expresiones, gritos al viento y el sentirse ganador por un momento.
Pese a la victoria, la tensa calma agarró a los hinchas al fin de los primeros 45′. El resultado ya estaba, pero había que mantenerlo.
Los hinchas de la Selección de Ecuador sufrieron
En el segundo tiempo, las emociones de los ecuatorianos se volvieron más álgidas e, inclusive, la incertidumbre bajó las revoluciones de los presentes. Aquello fue consecuente con las transiciones que se vieron en el partido.
La Tri mantuvo su idea, pero bajó la intensidad que había mostrado en el primer tiempo. Las alarmas se encendieron y un silencio digno de un acto religioso hizo contraste con la euforia previa. Jamaica marcó a los 54 y se le venía a la noche a la Selección de Ecuador.
El tono de los gritos previos cambiaron, así como los dichos, cuando minutos después del descuento de Jamaica, el VAR revisó un posible penal en contra de los de la mitad del mundo. Aquello nada más fue un susto, pues no se ratificó el lanzamiento.
Cuando el equipo nacional puso el 3-1 definitivo, la alegría volvió y se renovaron aún más las esperanzas que había previo al duelo con los jamaiquinos. El siguiente será con de la Tri será con México y, con posibilidades para clasificarse, reanima las ilusiones de los suyos.