La decoración entra en la carta que ofrecen los restaurantes. El menú y el servicio ya no son las únicas exigencias de los clientes.
“Antes se decía allí venden comida rica y se entraba a un sitio mal decorado o desorganizado. Ahora es importante la apariencia para atraer al cliente. Y se puede juzgar el tipo de comida y atención sin ingresar”. Estas son las palabras del diseñador cuencano, Daniel López.
Según él, antes los propietarios solo enfocaban en el menú y en el servicio, pero hoy saben que la imagen también vende.
Uno de esos ejemplos es La Vinoteca, en la plaza del Farol, en el sector de San Roque en Cuenca. Según el chef Fernando Criollo en este espacio se buscó dar protagonismo a los vinos y por eso tiene un estilo de cava española.
La Vinoteca abrió sus puertas hace dos años y cuenta con 350 etiquetas; ofrece cocina gourmet. “El diseño usó a los vinos como el elemento principal”.
Otro ejemplo es Nikita, ubicado en el centro comercial Milenium Plaza, en el sur de Cuenca. Uno de los propietarios, Cristian Webster, califica a la decoración del local como contemporánea recurriendo a los tapices, vidrio, madera, tonos amarillos’
Nikita tiene tres espacios: la terraza, el ‘lunch’ y restaurante. Cada uno con su estilo, pero guardando el concepto de moderno y lujoso. Nikita ofrece una comida fusión, gourmet, peruana, sushi.
López explica que el diseño de un restaurante depende del segmento al que está orientado, así como la región en el que se encuentra. Por ejemplo, si el restaurante ofrece comida típica prima un espacio rústico. El diseño contemporáneo o minimalista le va mejor a la comida gourmet. “La decoración debe estar acorde con el menú”, señala.
Un restaurante rústico debe tener elementos como maderas tratadas sin acabados pulidos, adobe, ladrillo visto, piedra de río, esterilla, apliques en hierro forjados y adorno en barro..
Los estilos contemporáneos deben recurrir al acero inoxidable, los tapizados, los muebles en acrílicos transparentes.
Para las paredes se utilizan tonalidades llamativas o que contrasten como el rojo o combinaciones de tapices negro y blanco.
A eso se incorpora la iluminación a través del LED (dispositivo semiconductor que emite luz). López dice que esta última alternativa RGB permite cambiar una decoración de azul a roja o a otra tonalidad. Otras alternativas son las peceras o cascadas y las microfibras. “Se evitan los manteles porque pesa la vista”.
López no ve conveniente decorar un espacio tradicional como una casona con un estilo contemporáneo, porque este último requiere de construcciones más bien lineales. Si en la Sierra atrae la madera y el ladrillo, en la Costa un restaurante puede estar decorado con bambú y cortinas exteriores que privilegien los ambientes descubiertos.