Esta vez vamos a analizar si tu teléfono “inteligente”, celular, o smartphone, es tu enemigo o tu aliado. Partamos definiendo que un teléfono “inteligente” es aquel dispositivo móvil (o celular) que, aparte de comunicación, tiene ciertas funciones y características como las de un computador. En términos más sencillos, podemos decir que un teléfono “inteligente” es un minicomputador portátil que, entre múltiples cosas, permite comunicarnos. Entre las características más importantes de los teléfonos “inteligentes” está la capacidad de instalar aplicaciones, tomar fotografías, y navegar por internet.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el 2023 más del 50% de los ecuatorianos de 5 años o más (que somos 17 millones) estuvo en poder de un teléfono “inteligente”. De la misma manera, según datos de esta misma Institución, en Ecuador existe un analfabetismo digital de aproximadamente el 7.5%. El INEC define como “analfabeta digital a una persona de 15 a 49 años cuando cumple simultáneamente tres características:
1) No tiene celular activado
2)En los últimos 12 meses no ha utilizado computadora
3) En los últimos 12 meses no ha utilizado internet”
Una vez expuestos estos hechos, permíteme preguntarte ¿qué tan importante es tu teléfono “inteligente” en tu vida? Si eres de los que alguna vez regresó a casa solo porque te olvidaste el bendito celular o pasaste muy estresado por la misma causa, puedes estar seguro de que tu teléfono celular es muy importante en tu vida. Ahora, una vez que sabes qué tan importante es este aparato, tómate unos segundos para responder la siguiente pregunta ¿para qué uso mi teléfono “inteligente”? Por supuesto que lo usarás para comunicarte a través de videollamadas, voz, y texto. Aparte, seguro que también lo usas para tomar videos, fotografías, y un buen selfi que los publicas en tus redes sociales, por ejemplo, Instagram o TikTok. Seguro que tu celular es también tu despertador. La pregunta ahora es ¿qué valor agregan estas actividades a tu vida? Más importante y general, ¿tu teléfono “inteligente” te quita tiempo o te ahorra tiempo? ¿Usando tu teléfono “inteligente” eres más o menos productivo? ¿El inteligente es tu teléfono o eres tú? Si tienes hijos, ¿cómo ellos están usando esta tecnología? En definitiva, ¿tu teléfono “inteligente” es tu aliado o tu enemigo?
En este punto déjame explicarte por qué cuando hablo de los smartphones, he puesto la palabra inteligente entre comillas. La razón es porque los celulares no son inteligentes (no al menos hasta la presente fecha). Tu teléfono “inteligente”es simplemente un minicomputador y aparato de comunicación bastante sofisticado. Por el contrario, el inteligente deberías ser tú para sacarle mucho provecho a ese aparatito que, si lo usas bien, es tu gran aliado; pero si lo usas mal, es tu gran enemigo.
Como puedes darte cuenta, la cuestión no es solo tener un teléfono “inteligente”, sino ser inteligente para sacarle mucho provecho. Por ejemplo, puedes usar tu celular para organizar tus actividades mediante el uso de alguna aplicación de agenda electrónica. También puedes monitorear tu actividad física, lo cual va a contribuir positivamente para que tengas una buena salud. Puedes traducir automáticamente texto, imágenes, y video. Puedes acceder gratuitamente a algún asistente de inteligencia artificial como ChatGPT, Copilot, Gemini, o Perplexity. Estos asistentes te abren la puerta a un gran universo de funcionalidades que pueden agregar gran valor a tu día a día. Puedes acelerar el tiempo de comunicación con tu celular hablándole en lugar de escribir. Cuando te mencionan o ves algo que no sabes o no entiendes, puedes buscar su significado o ampliar tu conocimiento usando su navegación a internet. En definitiva, aparte de esparcimiento, la clave para que tu celular te sea un aliado es responder la pregunta ¿para qué más puedes usar tu celular en el día a día?
Hasta aquí hemos considerado el impacto que puede tener un teléfono celular en la vida de un adulto. Sin embargo, estos dispositivos no son utilizados únicamente por adultos. Por el contrario, un grupo importante de la sociedad que usa también teléfonos celulares son los niños y adolescentes. La pregunta es ¿para qué y cómo los están usando? Lamentablemente, son muy pocos los espacios donde se fomenta una cultura de uso ético y responsable de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), entre ellas el celular. Quizá sea momento de crear espacios formales dentro del sistema educativo ecuatoriano donde se promueva esta cultura. Sería algo parecido a lo que se está empezando a realizar con el fomento de la educación financiera.
Pero la responsabilidad de qué tan bien o mal usan los niños y adolescentes los teléfonos celulares, no solo le compete al sistema educativo formal, sino también a los padres de familia. Por ejemplo, debería ser declarado como criminal el hecho de que se “entretenga” a un niño pequeño embobándole con videos inútiles. Un niño pequeño necesita realizar actividades que estimulen, en lugar de bloquear, su desarrollo cerebral.
Entonces, si tomamos como un indicador de analfabetismo digital el buen uso que le damos a los teléfonos inteligentes para nuestra vida o para la de terceros, entonces el resultado es probablemente más alto que lo que reportan las estadísticas ecuatorianas. Por lo tanto, es momento de reflexionar y, sobre todo, tomar acciones para que nuestros teléfonos celulares sean nuestros aliados, en lugar de nuestros enemigos. Al fin y al cabo, el impacto de la tecnología depende en gran medida del uso que le demos.