Utilizando los sofismas de defensa a los pobres, en procura de una sociedad más justa y solidaria, los regÃmenes que se autodenominaron gobiernos de izquierda, socialistas o comunistas y otros autocalificados progresistas, han resultado un fracaso social. Si nos remitimos a la historia reciente, con el triunfo en Rusia de la revolución bolchevique, en octubre de 1917, dirigida y liderada por Lenin, que derrocó al régimen zarista, con la promesa original de construir una sociedad igualitaria, desembocó en un gobierno totalitario. Luego esa revolución empobreció aún más a su pueblo, al destinar casi todos sus ingentes recursos al armamentismo, que la convirtió en una gran potencia militar, la clase burguesa antes dominante, fue remplazada por una poderosa elite burocrática, que disfrutó de riquezas y privilegios, hasta que en diciembre de 1991, la Unión Soviética dejó de existir, y por consiguiente la extinción total de ese régimen auto proclamado comunista, lo que propicio la caÃda de ese oprobioso sistema de gobierno, en Polonia, HungrÃa, Alemania con la caÃda del muro de BerlÃn, Checoeslovaquia, Bulgaria, y Rumania, quienes implantaron democracias liberales que han mejorado significativamente las condiciones de vida de su población. Cuba, que antes de la revolución castrista fue un paÃs de gran desarrollo económico en América, luego esa dictadura que se hizo llamar comunista, ha sometido a su pueblo a una gran pobreza, y subdesarrollo, conculcando sus libertades y vulnerando sus derechos. En la actualidad la corriente que se denomina socialismo del siglo XXI, propiciada e impulsada, por los ex presidentes Castro, de Cuba; Chávez, de Venezuela; y Lula, de Brasil, es una doctrina que determina un modelo de Estado, que se inspira en la filosofÃa y economÃa marxista. Propugna una supuesta lucha anti imperialista, el estatismo en el control de la sociedad, su división y lucha entre ricos y pobres, el control de los medios de comunicación, asà como la pretensión de politizar a las Fuerzas Armadas a favor de una supuesta ideologÃa, propugnado la conformación de un Estado totalitario. Este sistema ha resultado un gran fracaso en los paÃses en que se ha implantado, como Venezuela que actualmente es gobernada por una cúpula civil- militar acusada de graves actos de corrupción y hasta de delitos de lesa humanidad, denunciados ante la Corte Penal Internacional por algunos gobiernos, ha sumido a su pueblo en el hambre, pobreza y miseria, violando de manera sistemática sus más elementales derechos humanos. En parecida o igual situación se encuentra Nicaragua, con el gobierno denominado sandinista.
Los términos izquierda derecha y sus extremos son ya anacrónicos, y lo que realmente existen son gobiernos integrados por gente honesta, que crean riqueza y bienestar social y otros que no lo son, que producen subdesarrollo, y conculcan las libertades a sus pueblos.