En Quito, los usuarios de redes sociales se mostraron asombrados debido a que una calle del Centro Histórico ya no tiene el color gris del adoquín sino un color naranja.
La calle también tiene señalización en color azul y rojo a lo largo de la cuesta.
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Además del asombro, varios usuarios de X expresaron su desacuerdo con la medida tomada en esta calle y se preguntaban la razón. Otros también dijeron que les pareció una buena apuesta para el turismo que llega a la Basílica del Voto Nacional, de estilo neogótico, que es uno de los sitios más visitados por los turistas extranjeros.
¿Qué dice el Municipio?
El Municipio de Quito, a través de un comunicado, señaló que se trata de una intervención artística en la calle Caldas.
Esta iniciativa se realizó mediante cooperación interinstitucional y con la donación de pinturas de una empresa privada.
El Municipio dejó muy claro que estos trabajos no se realizaron con la inversión de recursos municipales.
La iniciativa
Según el comunicado, se trata de una intervención artística con pintura de alto tráfico.
Es una propuesta visual como parte de los Senderos Seguros, un proyecto emblemático de la Alcaldía de Quito.
Este plan busca generar espacios donde se pueda circular con seguridad, a través de intervenciones artísticas y de urbanismo táctico para fomentar la reapropiación del espacio público.
Senderos Seguros
El Sendero Seguro del Centro Histórico busca conectar barrios tradicionales quiteños, como La Tola y San Juan, a través del color, el arte y la seguridad.
Esta iniciativa partirá desde el Parque Itchimbía y se dirigirá hasta el parque de la Basílica.
La Alcaldía resalta el compromiso de la empresa privada en contribuir con la ciudad.
¿Qué dicen los vecinos?
EL COMERCIO conversó con los moradores de la calle Caldas y mostraron su desacuerdo con la intervención, pues señalan que la calzada se ha vuelto resbalosa con la pintura.
Los vehículos se resbalan, igualmente las personas de la tercera edad o personas con discapacidad que usan muletas.
Señalan que la situación empeora con la lluvia y “se vuelve jabón”.
Otras personas creen que es un desperdicio de recursos. Ese dinero se pudo emplear en otras obras, opinan.
Alexandra Solís, moradora de la Caldas y Venezuela, comenta que se ha dañado la estética de la calle. Además, señala que el Municipio no les ha informado “cuál es el fin”.
En contraste, Fausto Maya, vendedor de la zona, comenta que los criterios están divididos entre las personas que dicen que es resbaloso y las que piensan que se ve elegante.
Maya comentó a EL COMERCIO que, según su criterio, “la calle está bonita, se ve elegante”.