La Agencia Metropolitana de Control, junto a la Unidad de Bienestar Animal (UBA), Agrocalidad y el Cuerpo de Agentes Metropolitanos, inició un procedimiento de sanción contra un ciudadano por tener un criadero ilegal de chivas, en La Roldós, norte de Quito.
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El establecimiento carece de permisos municipales y tiene aproximadamente 100 chivas en condiciones de hacinamiento.
Cómo estaban las chivas en el criadero
Las chivas estaban hacinadas en corrales de madera, agrupadas en grupos de más de 10 por espacio, lo que impedía su libre movilidad, comodidad, y la realización de sus necesidades básicas y de esparcimiento.
Los veterinarios de UBA constataron que los animales se encontraban en condiciones de maltrato, alojados en espacios insuficientes para su tamaño y cantidad.
El criadero genera fuertes olores que causan molestias a los vecinos del sector. Para que las chivas puedan pastar, eran soltadas en un bosque cercano, considerado un área protegida.
El comunicado difundido por la AMC señala que en las instalaciones violan las cinco libertades de bienestar animal que son:
- Libre de hambre y sed: Acceso a agua fresca y una dieta que mantenga su salud.
- Libre de incomodidades: Un entorno adecuado que incluya refugio y un área cómoda para descansar.
- Libre de dolor, lesiones y enfermedades: Prevención y tratamiento adecuado.
- Libre de miedo y angustia: Condiciones y tratamiento que eviten el sufrimiento mental.
- Libre para expresar su comportamiento natural: Espacio suficiente, instalaciones adecuadas y la compañía de otros animales de su especie.
Este tipo de animales deben encontrarse en áreas rurales para su correcta reproducción, desarrollo y alimentación.
Las investigaciones previas revelaron que el propietario del criadero colocaba entre tres y seis chivas en distintos puntos de Quito para que terceras personas comercialicen leche no pasteurizada a cambio de una cuota fija por día.
Sanción al propietario del criadero ilegal de chivas
El dueño del criadero podría enfrentar multas de hasta 3 680 dólares por operar sin permisos municipales y mantener a los animales en condiciones inadecuadas y de maltrato.
Como medidas impuestas, se entregaron las actas de sanción y se exigió al dueño del criadero que retire las chivas del lugar por ser una zona urbana.