El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y varios ministros mantuvieron en junio pasado una reunión virtual con el presidente chino, Xi Jinping. Foto: cortesía Presidencia
Han pasado 20 meses desde la última vez que China otorgó un préstamo a Ecuador, en diciembre del 2018.
Pero en este mes de agosto del 2020, el gigante asiático podría volver a desembolsar USD 2 400 millones para las arcas fiscales, a través del Banco Industrial y Comercial de China (ICBC, por sus siglas en inglés) y de China Development Bank (CDB).
El titular de Finanzas, Richard Martínez, dijo ayer, 4 de agosto, en Ecuadoradio que hoy informará avances de esos créditos.
El Ministro solo adelantó que el avance tiene que ver con una línea de crédito del CDB y con la reestructuración de la deuda con ese país. “Ecuador no tiene acceso a fuentes de financiamiento y este momento China se puede convertir en una fuente importante”, dijo.
El Gobierno ha señalado que los créditos están atados a una operación de venta de petróleo, la cual está en la recta final.
Pablo Flores, gerente de la estatal Petroecuador, fue autorizado el 13 de julio pasado por el Directorio para negociar con las tres compañías chinas y firmar el contrato, una vez que identifique la oferta más conveniente.
Esas compañías plantean un premio promedio de alrededor de USD 1,30 por barril.
Este rubro se aplicará luego de determinar un castigo por la calidad del hidrocarburo y otro castigo por flete, para el crudo referencial West Texas Intermediate (WTI).
Al inicio la estatal emitió un informe donde cuestionó la operación al considerar que no era financieramente beneficiosa para la empresa, pero ahora debe analizar no solo su utilidad sino las ventajas económicas que tendrá el país, según estableció el Decreto 1 075 del 26 de junio, firmado para viabilizar la operación china.
Una vez que se concrete esta operación, la entrega de crudo se iniciaría en este mismo año y se extendería hasta el 2025.
Además, según el primer informe que realizó petrolera sobre esta venta, “el volumen de la presente operación sería de 50 millones de barriles, que llegaría a los 70 millones de barriles considerando el volumen pendiente de entrega a la fecha del contrato Nº 2016050”.
En ese mismo documento se señala que, según Finanzas, USD 1 400 millones serían de acceso inmediato y de libre disponibilidad para el Estado.
La tasa de financiamiento sería de alrededor del 6%. Esto contempla una reducción de 1,05% frente al crédito que suscribió Petroecuador en el 2016.
Se incluyen nueve meses de gracia a partir del desembolso, “aliviando la presión en la caja fiscal en el corto plazo.”
El texto también señala que esta operación representará un ahorro en el pago de intereses de alrededor de USD 1 100 millones si se compara con el costo de financiamiento en el mercado de capitales.
Sin embargo, el Ministerio de Finanzas informó en julio pasado que los detalles de esta operación se conocerán una vez que concluya este proceso.
Ecuador tiene vigentes ocho contratos de preventa de crudo a largo plazo con las firmas Petrochina, Unipec y Petrotailandia. Con estas compañías están comprometidos 300 millones de barriles hasta el 2024.
Además, está también pendiente el pago de USD 3 000 millones, por los créditos o anticipos que estas empresas entregaron atados a la venta de crudo.
Estos contratos -suscritos durante el Gobierno anterior- han sido observados por la Contraloría.
La participación de China en el pastel de la deuda externa ecuatoriana comenzó a caer luego del 2016. Aquel año los compromisos con ese país, tomando en cuenta las preventas, alcanzaron un monto récord de USD 9 612 millones, es decir, casi el 10% del Producto Interno Bruto (PIB).
Ese saldo con el país asiático se ha ido pagando y hasta junio pasado se ubicó en USD 5 428 millones; es decir, alrededor del 5% del PIB.
Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, señala que con las nuevas operaciones la deuda volvería a crecer a un nivel similar al registrado en el 2017, cuando el Gobierno actual comenzó su gestión.
Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal, señaló que si se contratan créditos chinos de nuevo, debe haber transparencia y evitar el ‘oscurantismo’ del pasado. Carrera criticó que los préstamos eran atados a obras o venta de crudo y, pese a eso, las tasas eran altas, del 6 y 7%.
Walter Spurrier, director de Análisis Semanal, reconoció que el Gobierno se encuentra en un escenario complicado y China “es la única alternativa”.
El país, además, enfrenta importantes desafíos para alcanzar la sostenibilidad de la deuda. “Aun si estuviese disponible financiamiento del FMI , es poco probable que sea suficiente para cubrir todo el déficit”, dijo Jaime Reusche, vicepresidente sénior de la calificadora Moody’s.