Pecanins, nacida en Yuma (Arizona) de padre estadounidense y madre española, estuvo alejada de los escenarios por una disfonía espasmódica que le afectó las cuerdas vocales. Foto: Facebook / Betsy Pecanins
La cantante de blues Betsy Pecanins, que nació en Estados Unidos y se convirtió en la “reina mexicana del blues”, murió en México a los 62 años después de una carrera en la que fusionó géneros, sufrió pérdida de voz y se reinventó como compositora.
“Lamentamos profundamente el fallecimiento de Betsy Pecanins. Enviamos nuestras condolencias a su familia y amigos“, anunció la Secretaría de Cultura de México. La muerte de Pecanins ocurrió en su casa de Ciudad de México y se debió a un paro cardiaco, de acuerdo a medios mexicanos que citaron como fuente a su portavoz, Angélica Ruiz.
Pecanins, nacida en Yuma (Arizona) de padre estadounidense y madre española, estuvo alejada de los escenarios por una disfonía espasmódica que le afectó las cuerdas vocales, pero había vuelto el año pasado con el espectáculo Ave Phoenix.
La pérdida de voz la llevó a enfocar sus esfuerzos en la composición. En el espectáculo se apoyaba en otros artistas, aunque ella también cantaba. “Mi canto es distinto: es más rapeado, dicho, susurrado, pero sí, es ahora mi nueva forma de expresarme”, contó en julio en una entrevista con el portal Sin Embargo, con motivo de su segunda temporada de presentaciones.
Durante su carrera Pecanins grabó más de una decena de discos y prestó su voz para la música de películas, entre otros para el personaje de Lucha Reyes en ‘La reina de la noche‘ de Arturo Ripstein.
Perder la voz, contó, “fue como perderlo todo”. Sin embargo, “dije: pues ya no puedo cantar, pero me tengo que reinventar, tengo que resignificar mi vida y fue ahí donde empecé a componer”.
“Cuando piensas que ya te quemaste, ya te quedaste en las cenizas, siempre hay una manera de renacer. Y yo siempre lo he dicho: siempre hay que estar dispuestos a renacer en la vida”, afirmó.
La cantante, que tenía una hija adoptada de 25 años, se inyectaba bótox en las cuerdas vocales para poder recuperar algo de fuerza en la voz. Pese a haber nacido y haber vivido muchos años en Estados Unidos, decía que lo único “gringo” que le quedaba era el blues. “Yo creo que soy más mexicana que el chile verde porque llevo la mayor parte de mi vida viviendo aquí, es mi país por adopción“.