La Catedral de Loja, ubicada en la parroquia El Sagrario, fue la primera en abrir sus puertas a los files. Foto: Cortesía Diócesis de Loja
Al menos 40 de las 85 parroquias eclesiásticas de la provincia de Loja están en la fase tres de esta nueva normalidad por la emergencia sanitaria del covid-19. Estas iglesias ya realizan eucaristías presenciales con un aforo máximo del 30% de su capacidad.
En esta provincia del sur del Ecuador, los 16 cantones están en color amarillo del semáforo epidemiológico y eso les faculta -de acuerdo con las decisiones del COE nacional– abrir al público los servicios para la oración, cultos y eucaristías.
Esto pese a que los casos positivos de la nueva cepa del coronavirus siguen en aumento. Hasta el martes 7 de julio del 2020 esta provincia registró 1152 infectados, de los cuales 948 están en el cantón Loja, según las cifras del Ministerio de Salud Pública.
La Diócesis y la Catedral de Loja fueron las primeras en reabrir sus puertas –hace más de un mes- y los protocolos de bioseguridad sirvieron de modelo para el resto de templos, explicó el padre Jimmy Arias, canciller de la Diócesis de Loja.
Las normativas sanitarias frente al coronavirus fueron aprobados por la Conferencia Episcopal: desinfección de manos y pies, y la toma de temperatura a todas las personas que ingresan, por parte del personal del Consejo Pastoral.
Hay una puerta de ingreso y otra para la salida de los fieles, señalética y bloqueo de bancas para que se respeten el distanciamiento físico de dos metros. En la primera fase se podía ingresar a orar, por un tiempo máximo de 15 minutos por persona o grupos, para evitar la aglomeraciones.
En la segunda se habilitaron los servicios de confesión y comunión, siempre con un aforo máximo de un tercio y la obligación del uso de la mascarilla. Está prohibido el ingreso de las personas vulnerables como niños, adultos mayores y personas con alguna afección de salud.
Esos protocolos se replicaron en otras iglesias de la ciudad como la de San Sebastián, San Francisco, Santo Domingo y Perpetuo Socorro; y también de otros cantones. Todo funciona muy bien, los católicos usan mascarillas y respetan el distanciamiento social, dijo Arias.
Él explicó que pasaron a esta tercera fase porque era un clamor de los católicos de regresar a las litúrgicas presenciales. “Las playas, cines, transporte interprovincial y otros servicios están operativos y los fieles necesitaban esa asistencia espiritual”, dijo.
Las primeras celebraciones presenciales se cumplieron el domingo 5 de julio en la Catedral y la Iglesia de San Sebastián; y hasta este miércoles 8 de julio ya se había aperturado este servicio en 16 de los 22 templos del cantón Loja y 24 parroquias eclesiásticas de otros cantones.
Los protocolos también establecen que las eucaristías presenciales deben durar hasta 35 minutos, se omite el rito de la paz y la comunión se recibe en la mano. Para lo último, los templos instalaron un biombo transparente y por la parte baja el sacerdote entrega el sacramento.
Antes de este ritual el sacerdote se lava las manos y la terminar también. En las iglesias del centro de la ciudad las eucaristías son de 07:00 a 16:00, cada 90 minutos, para que las personas que no alcanzaron a ingresar –por el aforo- puedan participar en la siguiente eucaristía.
Además, después de cada celebración se desinfecta el templo con amonio cuaternario. En las iglesias habilitadas también está permitido celebrar confirmaciones y matrimonios, solo con la presencia de padres y padrinos. Las primeras comuniones siguen suspendidas porque involucra a menores de edad, que son parte de la población de riesgo.